
Tracks del Diable es un recorrido circular de 220 Kms y 6.800 mts de desnivel positivo acumulado que trascurre por la comarca barcelonesa de Osona, con punto de salida y llegada en la localidad de Torelló (entre Vic y Olot). La ruta cuenta con una excelente organización que coordina alojamientos, traslado de equipajes, asistencia mecánica, etc., y que facilita los “tracks” para el GPS, absolutamente necesarios para una ruta no señalizada que trascurre principalmente por senderos y trialeras.
Finalmente fuimos 6 los Panchos que nos pudimos embarcar en la aventura de completar la ruta en 4 días y que queremos compartir con todos nuestros compañeros de fatigas:
Miércoles 6 de julio: Algemesí - Torelló
Gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Algemesí hemos disfrutado para este viaje de una furgoneta con capacidad para los 6 Panchos, nuestros equipajes y las bicis, lo que hizo que el desplazamiento fuera mucho más cómodo, barato, seguro y divertido. En el trayecto de ida, la emoción y los nervios se convirtieron en bromas y risas que hicieron que el viaje se nos pasara volando y que llegáramos a Torelló para cenar y dormir.
Jueves 7 de julio: Torelló – Rupit (53 kms – 1.647 mts positivos)
Nuestra primera sorpresa se produce en el desayuno: a las 8h de la mañana nos espera un bocadillo “de dos pams” de fiambre y que ventilamos sin mayores problemas, pues no sabemos muy bien lo que nos espera… Acto seguido vamos al punto de salida donde tras las instrucciones, fotos y demás iniciamos nuestra ruta.
La ruta sale de Torelló y de inmediato trascurre por los famosos “corriols” (senderos interminables donde la vegetación apenas deja pasar la luz), cruzando ríos, bosques, y todo tipo de paisajes de una belleza que nos deja sin palabras.
A pesar de las frecuentes paradas para fotos, la ruta es realmente dura, en un terreno cómodo y sin grandes dificultades técnicas (prácticamente ciclable al 100%) la mayor parte del recorrido son sendas de subida, con pendientes medias entre el 8% – 12% en las que se exprime el plato pequeño. Las interminables subidas se alternan con bajadas kilométricas por sendas y trialeras que nos hacen disfrutar al máximo.
Hacemos un alto en nuestro camino en Cantonigrós para comer, abundantemente, y con más ganas de siesta que de pedalear, retomamos la ruta.

Tras varias horas más por inolvidables sendas y caminos y sin habernos cruzado más que con vacas (cientos “ arriaaapa”), llegamos a Rupit, donde Enrique, que ya había estado antes, nos tenía preparadas unas escaleras bastante serias y un puente colgante que atravesamos pedaleando.
A nuestra llegada a la Fonda Marsal, mientras tomamos las cervezas de rigor y comentamos lo sucedido en el día, nuestras caras nos delatan: ha sido probablemente uno de los mejores días de Mountain Bike de nuestras vidas.
Viernes 8 de Julio: Rupit – Vidrá (46 kms – 1.622 mts positivos)
La segunda etapa se plantea a priori como la más asequible, por ser la más corta y de menor altimetría (¡que atrevida es la ignorancia…!)
Nos volvemos a encontrar con un desayuno “descomunal”: pa amb tomaca, con jamón y todo tipo de embutidos no entran fácilmente por lo que lo intentamos con una cervecita fresquita (a las 8h de la mañana). Una vez terminado el encierro de los Sanfermines, emprendemos la marcha tras “abordar” una calle de escaleras que encontramos (que pena que por problemas técnicos no se grabó el video)
La ruta comienza con un largo descenso por senderos y pistas muy cómodas, pero tras los primeros 5 kms y cuando el sol ya empieza a pesar, nos encontramos con un terreno de auténtico “rompepiernas” con duras cuestas con pendientes superiores al 15% y “descansillos” del 8%. De nuevo las vacas, las vallas que separan los pastos (algunas electrificadas que nos dieron algún susto a unos y descojone a otros) y alguna pequeña avería mecánica (no hay cadena que aguante las piernas de Botella) fueron las únicas paradas antes de llegar a Sant Andreu de la Vola.
En la Vola conocimos a la “Mestressa” quien nos preparó una “fideuá de montanya” que todavía recordamos. Fantástica comida con muchas risas, fotos y hasta “herberet”. (tranquilo Pascual que ya hemos dejado una botella a refrescar para cuando tu vayas…)
Con la panza llena y cuando el sol más aprieta, iniciamos la parte más dura de todo el Tracks: “El purgatorio”: una pista muy rota de unos 2 kms que va picando cada vez más hasta que llega al 20% y nos obliga a todos a poner pie a tierra para recorrer los últimos metros. Con la alegría de habernos quitado de en medio esa tortura volvemos a montar para, tras un tramo de losa de piedra muy divertido (que luego supimos se llama la puerta del Infierno) enfrentarnos a “La cuesta de la muerte”, 4,5 kms por pista buena, con una pendiente media del 11% y con rampas que llegan al 23%. Verdaderamente infernal… Ya en la cumbre, tras haber recuperado las ya pocas fuerzas que nos quedan, iniciamos un rápido descenso que nos llevará a nuestro destino, no sin antes tener que volver a subir otra cuestecita de 2 kms y 200 mts de desnivel (otra vez 10% de media). Llegamos reventados…
Sábado 9 de julio: Vidrá – Santa Eulalia de Puig – Oriol (62 kms – 1.994 mts positivos).
Tras otro desayuno “de campeones”, a las 8h iniciamos la etapa más larga y con mayor desnivel, para empezar una pista de 6 kms, con pendiente media del 12% que nos lleva a 1.350 mts, la cima de toda la ruta. Tras coronar iniciamos un descenso de 12 kms (si, ¡12 kms!) empezando por asfalto, en el que superamos los 60 kms/h, y continuando por pistas y sendas nos llevan a San Quirce de Besora, donde aprovechamos para reponer líquidos ya que el calor del día es sofocante.
Reemprendemos la marcha para iniciar un tramo de 20 kms de continuos sube y bajas por todo tipo de terrenos, a una media de 9 kms/hora y 3 “poseu tot el ferro” por minuto que nos llevan a Alpens para comer. ¡Menudo homenaje! Durante la ruta sólo usamos el plato pequeño, pero para comer solo plato grande…Impresionante…
Con la panza llena y con el cansancio que ya empieza a notarse, reemprendemos la marcha pues aun nos quedan casi 20 kms de preciosas sendas rompepiernas, donde bajo un sol abrasador y con los kilómetros cayendo muy, pero que muy, lentamente, llegamos finalmente a nuestro destino.
Llegamos muertos. La etapa de hoy ha sido muy pero que muy dura. Han sido casi 7 horas de pedaleo a una media de 9 kms /hora, que puede parecer lento pero que es difícil aumentar.
Mientras descansamos y reponemos líquidos (no hay nada como una buena cerveza muy fría después de un día así) llega un grupo de 4 chavales de Barcelona que están haciendo la ruta ¡en 3 días!. Llegan más muertos que nosotros, además con alguna avería que no saben solucionar pero que Enrique rápidamente les solventa…
Domingo 10 de Julio: Santa Eulalia de Puig - Oriol – Torelló (53 kms – 1.559 mts positivos)
Después de haber negociado un desayuno más normal (tostadas con mermelada) a las 8h ya estamos en marcha. Ya desde la salida se nota que el ritmo es más alto que lo habitual, no porque sea el último día, ni porque queramos llegar pronto para iniciar la vuelta, sino porque, debemos reconocerlo, somos de pique fácil y saber que los 4 máquinas de Barcelona vienen detrás nos da alas…
Como no podía ser de otra forma, la etapa trascurre por preciosos paisajes, por sendas y caminos de continuos rompepiernas. Atravesamos varios pueblos, pero no nos detenemos ni a hacer fotos (“no siga que mos agarren”…). A medida que nos acercamos a nuestro destino volvemos a encontrarnos con los mismos paisajes del primer día: corriols, rios que cruzar y estrechas sendas por las que descendemos a toda velocidad. Finalmente llegamos al destino antes de las 13h y ¡sin que el grupo perseguidor nos haya dado alcance!. Estamos totalmente agotados, pero muy satisfechos.
Ya de vuelta, recordamos algunos de los momentos que hemos disfrutado, que han sido muchos, y aunque decimos que estamos saturados de bici, ya empezamos a pensar en la del año que viene.
En resumen una ruta dura, pero técnicamente sin excesivas complicaciones (totalmente apta

Muchas gracias a Alvaro, Botella, Enrique, Vicente Carlos y Vicent por todo, sobre todo por las risas que hemos compartido. Espero que en la próxima podamos repetir todos y nos acompañen muchos Panchos más.
Ricky.
Fantástica ésa narración, ahora sólo nos falta ver el álbum de fotos.