Con una temperatura digan del mes de abril, como siempre a
las 8 de la mañana, el gran grupo se dividió en dos, los que querían estar
pronto en casa y los que realizamos la ruta programada, Santa Ana.
Después
de calentar unos km, pusimos ritmo rodador, para emprender las primeras subidas
empinadas, donde solo los más valientes e intrépidos pudieron subir, para
llegar todos juntos a la rampa final de la ermita de Santa Ana, donde cada uno
sube a su ritmo para al final realizar la foto de rigor.
La bajada de las antenas un poco rota y
destrozada solo la bajaron los más intrépidos y técnicos, como si de una
autopista se tratase, para llegar a almorzar a la Llosa de Ranes pero no sin
antes bajar unas escaleritas para ir abriendo boca. El almuerzo perfecto, buena
camarera, buenos bocadillos y un precio digno de la crisis 4.50 € todo incluido.


En
definitiva un día magnifico, con aventuras y desventuras con un solo
miniparche, sin incidentes y con muchas ganas que llegue el próximo finde.
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